Esta innovación científica no sólo revolucionó la salud reproductiva, sino que también se convirtió en un símbolo de autonomía femenina

La aparición de la píldora anticonceptiva representó una verdadera innovación científica, resultado de décadas de investigación impulsadas por figuras pioneras como Margaret Sanger y llevadas a cabo por el Dr. Gregory Pincus. Estos trabajos, desarrollados entre las décadas de 1930 y 1950, sentaron las bases para el desarrollo del primer anticonceptivo oral, aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en mayo de 1960.

Este año se conmemora el 65° aniversario de la aprobación de la primera píldora anticonceptiva, un hito que marcó un antes y un después en la historia de la salud reproductiva y la autonomía de las mujeres.

Las formulaciones iniciales contenían dosis hormonales elevadas y presentaban efectos secundarios que, gracias al avance constante de la investigación científica, fueron optimizándose a lo largo de los años para lograr productos cada vez más seguros, tolerables y accesibles.

Durante los años setenta, se incorporaron nuevas hormonas sintéticas, como el etinilestradiol y el levonorgestrel. En los años noventa, se avanzó significativamente al reducir las dosis de estrógeno, minimizando así efectos secundarios, y se desarrollaron opciones compuestas solo con progestina, ampliando las alternativas disponibles. Con el inicio del siglo XXI, surgieron formulaciones más modernas, incluyendo la introducción de progestágenos de última generación y estrógenos naturales. El objetivo de ello: brindar una excelente eficacia, con mejor seguridad, menos efectos adversos y un perfil de beneficios adicionales.

“En cuanto a la anticoncepción oral, el hito más reciente se alcanzó en 2022 a nivel internacional (y en 2024 en Argentina con una terapia oral combinada), con la incorporación del estetrol, un estrógeno de origen natural y perfil tisular selectivo, que define la última generación de anticonceptivos orales y representa un avance relevante en términos de seguridad y bienestar para las usuarias. Esta innovación permite evitar el embarazo como en los anticonceptivos ya existentes, pero contar con una alternativa más natural, teniendo un mejor perfil metabólico, reduciendo el impacto en otros órganos y disminuyendo algunos de los efectos secundarios asociados a los anticonceptivos tradicionales. Así, se abre una nueva etapa en la anticoncepción oral, con opciones más seguras, mejor toleradas y adaptadas a las necesidades actuales de las mujeres", Dra. María Elisa Moltoni, médica ginecóloga (M.N. 114.737)

En la actualidad, la decisión anticonceptiva deber ser un proceso bidireccional entre usuaria y profesional, permitiendo adecuar las opciones disponibles a las necesidades de cada usuaria y brindando información actualizada para la toma de decisiones informadas y seguras. Más allá de su rol puramente anticonceptivo, la píldora anticonceptiva fue también un motor de transformación social, facilitando el acceso de las mujeres a la educación, al mercado laboral y a la planificación de su futuro.

"A pesar de los avances, persisten desafíos vinculados al acceso a la anticoncepción, la educación sexual y la equidad en salud reproductiva. Por ello, el compromiso con la innovación, la información y la disponibilidad de opciones seguras continúa siendo una prioridad para la comunidad médica y científica”, concluye la Dra. Moltoni